Reflexiones

EXPERIENCIA PROFESIONAL

Ante todo quisiera iniciar mis reflexiones platicando un poquito de la experiencia que he tenido al laborar como docente de primaria.
Para empezar les platicaré que desde un poquito antes de egresar de la escuela normal en la que estudiaba, fui invitada a colaborar en un colegio de la localidad como auxiliar educativa en el nivel de preescolar.
A partir de ese momento me enamoré del trabajo docente que realizábamos en esas aulas de una escuela privada, sin tener más que la noción de lo observado en una escuela pública, hice mis conjeturas y por azares del destino me quedé laborando en dicha institución por casi 5 años.
Era muy cómodo trabajar con todos los materiales necesarios para diseñar la labor y llevarla a cabo, de esta institución me encontré con el apoyo de la Dirección académica para llevar a cabo un proyecto de apoyo  a aquellos alumnos que por alguna situación presentaban rezagos en su aprendizaje, durante mi último ciclo ahí pude detectar problemáticas como déficit de atención y conseguí que fuera una especialista en el tema a darnos unas charlas sobre diagnóstico y apoyo a dichos niños con TDA con o sin Hiperactividad.
Particularmente estaba muy contenta de trabajar ahí pero por situaciones de índole religioso decidí cambiarme a otro colegio que si era compatible con mis ideales.
De hecho al ingresar me encontré con que la Directora era ya una conocida pues habíamos coincidido en bastantes cursos otorgados por la misma zona a la que pertenecía mi otra institución laboral.
De la misma manera me incorporé al trabajo en equipo con mis nuevas compañeras y así asistiendo a cursos y compartiendo con mis pares pasé otros 5 años de mi vida.
Entonces y durante el último ciclo escolar fui invitada a colaborar como coordinadora del área de español, que realmente era coordinar el trabajo de todas las maestras que estábamos registradas en la plantilla escolar ante SEBS, ya que hay otras maestras que imparten la asignatura de inglés pero ellas tenían otra coordinación.
Durante ese ciclo me fui dando cuenta de que el trabajar en colegios no lo era todo, sentí la necesidad de ayudar a los niños que con esfuerzos de sus padres y propios por no contar con los mismos recursos que aquellos que asistían a una institución privada requerían de una educación de calidad, así que me inscribí para concursar por una plaza docente y eme aquí. Por mi andar al aceptar mi plaza tuve que irme a radicar a Tijuana a una escuelita de nueva creación, allá donde los asentamientos humanos se van dando, a las orillas de la ciudad. Pude palpar de primera mano la necesidad de ser una docente comprometida con aquellos niños mal comidos, mal vestidos y a veces hasta sucios.
Naturalmente fue así como conocí la realidad de la educación pública de nuestro país, ahí donde no llegan los recursos, donde los salones son de madera y llenos de pulgas.
Pues teníamos que ponernos insecticida en las piernas para no salir todas picoteadas. La única situación por la que tuve que alejarme de esa escuela fue la inseguridad que prevalecía en dicho municipio por aquellos días.
Por esta razón pedí mi cambio a Ensenada y naturalmente me tocó en una escuela rural, muy tranquila con la mayoría de alumnos indígenas con familias que no sabían otra lengua más que la materna, con padres analfabetas pero con mucho corazón.
Así que ahí me sentí abrazada por esos niños tan ávidos de conocimientos, tan necesitados de profesores comprensivos a su situación puesto que cuando es época de cosechar se deben ausentar de clases para ir a ayudar a sus padres al jornal.
Entonces resulta que tuve un bebé al que no le cayó nada bien el clima húmedo de esa ciudad y por motivos de salud tuvimos que volver a nuestra ciudad natal, Mexicali.
Gracias a Dios pude encontrar a otra maestra que tenía una situación familiar por la que necesitaba migrar hacia el puerto y pudimos permutar llegando así a la escuela en la que actualmente laboro.
Por último quisiera platicarles que sigo enamorada de mi trabajo en las escuelas públicas, me da un poco de tristeza ver que tan humillado y denigrado ha sido nuestro trabajo, pero déjenme decirles que con esfuerzo y dedicación vamos a demostrar que venga lo que venga saldremos adelante otorgando una educación de calidad.

1 comentario:

  1. Maestra muy bonita su reflexión. Al estarla leyendo recorde gran parte de mi trabajo cuando comenzaba. usted tiene mucha razón, la escuela pública nos ofrece infinidad de oportunidades de aprender tanto en nuestra profesión como en la vida personal.
    tiene toda la razón vamos a salir adelante porque tenemos los elemenos necesrios: vocación,responsabilidad, preparación,entrega y amor a nuestra profesión.

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